El siguiente escrito es de mi autoría el cual se desarrollo sobre el tema de la evaluación hace unos años
La evaluación se ha constituido
implícita o explícitamente en piedra angular de instituciones educativas y sistemas escolares,
vivimos actualmente lo que es llamado un “estado evaluador”, hasta el punto
de que casi importa más evaluar que cambiar y transformar lo que se evalúa
(Bolívar, 1999). La atención se concentra en verificar si se cumplen los objetivos de un programa educativo
o social, si el dinero público invertido está consiguiendo resultados deseados, diagnosticar situaciones para adoptar
decisiones pertinentes y bajo la perspectiva de una gestión mercantil de la
educación, la evaluación obedece
propósito como suministrar información a usuarios
de la eficiencia de centros educativos
para facilitar la elección de servicios.
El proceso de evaluación implica recolectar una
serie de datos a partir de ciertos instrumentos, analizar esos datos,
interpretar resultados de ese análisis y emitir
juicios de valor acerca del
desempeño del alumno, lo cual lleva a
reflexionar si las pruebas nacionales e internacionales que se están
aplicando en nuestro país como Enlace, Exani o Escale realmente refleja la
realidad de nuestros alumnos y del sistema educativo actual. ¿Son los
contenidos pertinentes? ¿Son los contextos
de nuestros estudiantes los mismos que
tienen chicos de 15 años de otros países
con los que comparan nuestros resultados en exámenes como PISA?
“El proceso de evaluación es
parte sustancial del aprendizaje de los
alumnos pero también de los profesores” (Valenzuela, 2005 p. 238), el profesor es cuestionado por sus alumnos por
su forma de evaluar y a la vez es evaluado a fin de
conseguir mejores condiciones
económicas y laborales.
Padilla (2005, p.45) asevera “ El
examen con su aplicación masiva ha
pasado de ser un instrumento del
docente para convertirse en un
instrumento contra el docente” mencionando
además que el docente es capaz de
generar un cambio y mejora educativa, pero se le
dificulta identificar las
tendencias actuales en materia de elaboración
de exámenes así como reconocer la
posible evolución que han tenido, ya que
por un lado al docente se le juzga por
los resultados obtenidos por sus estudiantes a nivel nacional e internacional pero al mismo tiempo se le deja fuera , al margen del proceso y de
toda reflexión que puedan surgir en
torno a los sistemas de evaluación y del porque de los resultados.
La evaluación debe
entenderse como actividad crítica de aprendizaje y al servicio de los intereses
formativos, necesitamos aprender de y con la evaluación.
Aprendemos cuando la convertimos en actividad de conocimiento y mediante
acto de aprendizaje al momento de la
corrección (Méndez, 2001). El profesor
ejerce función de guía, fiscal y ejecutor, requiere
preparación sobre métodos, estrategias o reglas practicas para construir instrumentos de evaluación,
redactar reactivos, aplicar exámenes, calificarlos, analizar resultados y encontrar en la evaluación una solución que permita identificar fortalezas y debilidades de alumnos y sus aprendizajes. Se requiere reflexionar
sobre estereotipos y creencias acerca de la evaluación, reconocer en
cada forma de evaluar alcances y
limitaciones así como el valor intrínseco de la innovación educativa como medio y no como fin.
Bolívar (1999)
sugiere un diagnóstico y valoración de los elementos que no funcionan tanto
para posteriormente generar una mejora más que un juicio que premie o castigue
a la institución educativa.